“Siempre perdemos”

Después de largos años de aportes, una jubilada reclama la derogación de la Ley 10.694, volver a cobrar el 82% móvil y terminar con el diferimiento de los aumentos

Señor director:

Resido desde 1965 en Villa María, vine de joven con mis niñas pequeñas y mi esposo, a quien habían trasladado desde Río Cuarto a una empresa de esta ciudad. Me he desempeñado como docente por muchos años en la escuela Alberdi, en la escuela Urquiza, también fui maestra rural, por lo que tengo mucha experiencia en el rubro. Toda mi vida aporté para tener el 82% de jubilación, ahora no solo no cobro ese porcentaje, sino que además me hacen descuentos y me pagan con diferimiento.

Esto no es solo en mi caso, los jubilados de la provincia de Córdoba hace rato que venimos con un gran problema, nosotros aportamos para el 82% móvil de jubilación, con el Gobierno de Eduardo Angeloz y de Ramón Bautista Mestre nos redujeron la jubilación, pero el 82% fue recuperado con el Gobierno de José Manuel de la Sota. En el primer Gobierno de Juan Schiaretti se mantuvo ese porcentaje, la inflación no era tan alta y más o menos la íbamos llevando bien. Pero en el segundo mandato las cosas empezaron a cambiar, porque en un momento nos bajó 10 puntos. Ahí, por supuesto, ya vimos la disminución en nuestros ingresos, pero después, en plena pandemia, envió un decreto a la Legislatura y directamente aprobaron la Ley 10.694, que estipula que todo aquel jubilado docente que perciba un beneficio más, sea cual fuere, se le descuente el 20%.

En un primer momento, tenían en cuenta el mínimo no imponible, pero como se fue bastante alto, se suman solamente los básicos del beneficio y de la jubilación, no el de bolsillo, para descontar ese 20% de la jubilación, al que llamaron “aporte voluntario”.

Yo soy viuda desde 1975, mi esposo aportó a la caja de Industria y Comercio e inicialmente mis hijas cobraron la pensión, que nunca fue la mínima, siempre fue una buena pensión para el momento. Cuando mis hijas fueron mayores de edad, me derivaron la pensión a mí, además, trabajé 16 años en la Universidad, donde me descontaban para los aportes jubilatorios, y eso suma un poquito más de la mínima, entonces me descuentan el 20% de la jubilación. Aun si cobrara $500 mil, es lo que a mí me corresponde porque es lo que aporté para tener ese beneficio, no se lo he robado a nadie.

Siempre vamos en pérdida. Me prometí a mí misma no mirar más lo que me pagan, no mirar más lo que me roban. No solamente a mí, sino a un montón de personas.

Hay gente que ha hecho juicios, los ha ganado, se ha declarado inconstitucional, pero nunca derogan esa ley, no hay forma de que la deroguen porque es la alcancía fácil que tienen para sacarle a los jubilados, para robarnos a nosotros.

Mientras no derogue esa ley, no hay manera, quienes estaban antes en la UEPC lo han intentado, pero después se aliaron y no hicieron más nada. Quienes están ahora en el gremio empezaron con bastante entusiasmo, pero están abocados a actualizar los salarios docentes, no a la problemática de los jubilados.

Por otra parte, hemos vuelto de nuevo al diferimiento. Han elaborado una especie de tabla por la que el jubilado que percibe hasta $235 mil cobra el aumento que corresponde a ese mes, quien se pase, así sea por $15, cobra el aumento el mes que viene. Cuando finalmente lo cobramos, ese dinero no nos alcanza para nada.

Entonces, el reclamo que hacemos permanentemente es que no cobramos el 82%, que cuando tenemos otros beneficios nos descuentan un 20% por la Ley 10.694 y, además, el diferimiento del pago de los aumentos.

Lo triste de todo esto es que no hay esperanza o un acercamiento de arreglo, el gobernador Martín Llaryora ya dijo en campaña que no se iba a ocupar de los jubilados. Hubo una época durante el Gobierno de Mauricio Macri en que la Caja de Jubilaciones de la Provincia estaba muy bien pagada, se le mandaba el dinero en tiempo y forma, y, sin embargo, esa plata nunca estuvo. La Caja siempre fue la alcancía que tuvieron a mano los gobiernos de turno para manotearla y que los salvó de cualquier situación.

La única esperanza de mejora es la derogación de la Ley 10.694, no hay otra posibilidad, pero no se está haciendo nada para eso. El gremio debería ocuparse, pero en este momento está muy abocado a la actualización de los salarios que han quedado muy bajos.

Rosa Rodríguez - DNI 4.110.282

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