En cambio, con los mismos años de aportes y salarios de referencia, quien si se jubila a partir de 1 de septiembre su beneficio inicial será de $ 68.227 porque se calculará con un aumento del 14,72%, según la Resolución 18/20 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, publicada en el Boletín Oficial el pasado 25 de agosto. O sea un 5,8% o $ 3.727 más.
Los números son del especialista previsional Guillermo Jáuregui, quien explicó que esto pasa porque las remuneraciones de los últimos diez años se actualizan por el Ripte (índice de los salarios registrados o con aportes) que para los meses de enero-marzo se ajustaron un 14,72%. En cambio, los ya jubilados recibirán un incremento del 7,5%, según el aumento por el decreto presidencial.
Ese incremento corresponde a la actualización de las remuneraciones de los últimos diez años, una de las variables para calcular el haber inicial. Ese haber inicial se calcula a razón del 1,5% por cada aportado sobre el sueldo promedio actualizado de los últimos 120 meses, más una suma fija (PBU - Prestación Básica Universal). En consecuencia, quien se jubila a partir de septiembre, el sueldo promedio actualizado incorpora el incremento del 14,72%. En cambio, quien se jubiló en agosto, su haber inicial se calculó sin ese 14,72%, mientras en septiembre recibirá el 7,5% de aumento general.
Estos diferentes porcentajes de aumentos son otras de las consecuencias de haber reemplazado los incrementos jubilatorios por subas por decretos inferiores a los de la fórmula de movilidad.
En el trimestre anterior pasó lo mismo porque las jubilaciones aumentaron el 6,12% y los salarios el 9%. Y en marzo: una persona que se jubiló el 28 de febrero con un haber inicial de $ 60.000, en marzo cobró $ 62.880, porque recibió el aumento del 2,3% más los $ 1.500. En cambio, si se jubiló el 1 de marzo, su jubilación inicial fue de $ 65.628,60, porque recibió un aumento del 9,38% que corresponde a la actualización de las remuneraciones históricas para quienes cesaron para jubilarse a partir del 29 de febrero. O sea, $ 2.748,60 más. A partir de los $ 21.000, fue conveniente jubilarse un día más tarde porque la diferencia se agrandaba a medida que las remuneraciones eran mayores.
Estos diferentes porcentajes de aumentos son otras de las consecuencias de haber reemplazado los incrementos jubilatorios por subas por decretos inferiores a los de la fórmula de movilidad.
Si bien las remuneraciones y las jubilaciones tienen distintos coeficientes de actualización, en el pasado las diferencias no eran tan pronunciadas porque ambas se ajustaban en porcentajes no tan diferentes. Pero con los aumentos por decreto la diferencia entre jubilarse antes o después de cada trimestre se hizo más pronunciada. Y esa diferencia se mantiene de “por vida” porque los futuros aumentos se harán sobre una base jubilatoria mayor o menor, según cuando se jubiló.
Otros ejemplos. Para una jubilación de $ 50.000, jubilarse a partir de septiembre el haber inicial resultante con las mismas remuneraciones será de $ 56.330, en lugar de $ 53.750. Una diferencia de $ 3.610 o un 4,8% más.
Para una jubilación de $ 90.000, el haber inicial resultante con las mismas remuneraciones será de $ 102.272 versus $ 96.750. Una diferencia de $ 6.498. Un 6,19% más. Para los que rondan el haber máximo, la diferencia alcanza al 6,5%
Las diferencias porcentuales de aumento se deben a que una parte del haber jubilatorio, la Prestación Básica Universal (PBU), es un monto fijo que para quien se jubiló antes o después del 1 de setiembre se ajustó un 7,5%.
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